38 votos en favor. 29 votos en contra.1 abstención y 4 ausentes. Cerca de las 4:15 de la madrugada de este miércoles, el tablero del Senado marco “Afirmativo” en color verde y la presidenta de la Cámara alta, Cristina Kirchner, lo confirmó en palabras: “Resulta aprobado”. Tras una jornada de 12 horas, en la que con el correr de las horas la diferencia a favor de la ley iba incrementando, la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) se convirtió en ley en Argentina.
En la puerta del Congreso miles se sumergieron en abrazos, lágrimas y gritos de alegría. Dos años después el Senado les daba revancha y la madrugada de aquel 8 de agosto de 2018, en la que volvieron a sus casas con la ilusión rota, quedaba atrás.
¿Qué cambió en estos años? Probablemente la incesante lucha de los movimientos sociales, y sobretodo de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, la renovación en el recinto en las elecciones de 2020 y el apoyo del ejecutivo -que presentó un proyecto propio a fines de noviembre y se ocupo, en la cabeza del propio presidente Alberto Fernandez, en los últimos días de reunirse los Senadores oficialistas que estaban indecisos- generaron un nuevo escenario que hizo posible la aprobación de una ley reclamada durante años por los feminismos. También quizás el debate se vio allanado porque la experiencia de 2018 favoreció a que gran parte de la sociedad salde la discusión sobre el aborto y que éste “saliera del closet” para siempre.
La jornada que cambiaría por completo la historia de nuestro país inició el martes bien temprano.La historia reciente dice que cuando hay una lucha que mueve a la marea verde a las calles el clima nunca ayuda. No ayudó cuando en 2018 miles salieron a las calles bajo el frío de julio a pedir por la aprobación de la ley en Diputados, ni en agosto cuando los Senadores rechazaron la iniciativa. Ese día también se sumó una tormenta que dejó a los manifestantes pasados por agua. Este martes no podía ser distinto.
Las temperaturas en la Ciudad de Buenos Aires, el epicentro de la movilización en apoyo a la ley, superaron los 30 grados y permanecer en la calle desde temprano a rayo de sol partido se convirtió en una verdadera proeza.
Desde la noche anterior militantes de la Campaña por el Derecho al Aborto, Legal, Seguro y gratuito, acampaban frente al Congreso. Se sumaron organizaciones sociales y políticas que armaron sus propios gazebos desde la Avenida Rivadavia hasta la Avenida Corrientes.
La convocatoria era a las 14 horas y la vigilia hasta que saliera la ley. Con una plaza nuevamente partida, el sector de los “celestes”, quienes rechazaban la ley, convocó a concentrar también desde temprano. Se acercó una mayor cantidad de gente que en otras ocasiones, muchos envueltos en banderas argentinas, con carteles que decían “salvemos a las dos vidas” y otros en los que criticaban al gobierno. Entre ellos se desplazaba un enorme feto de papel mallé, ya un clásico de las marchas celestes.
El ala a favor del aborto se llenaba con mayor rapidez. Alejandra, una docente de 27 años de La Matanza, llegó cerca de las 14. Contó que la pandemia de coronavirus hizo que se quedara en su casa el pasado 10, cuando se aprobó la ley en la Cámara de Diputados, pero que esta vez no podía perdérselo.
“Estuve en 2018, cada martes verde y en las dos vigilias. Dudé pero después de ver lo que pasó en Diputados decidí que no podía quedarme afuera de la historia”, aseguró y remarcó la necesidad de incluir el derecho al aborto como parte de la ley de Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas.
Frente al Congreso, Yamila Picasso, integrante de la Campaña, había llegado muy temprano para asumir tareas junto a sus compañeras en un día que asumían sería largo. De espaldas al Congreso, bajo el escenario de la Campaña se mostró optimista. “Es una jornada de lucha histórica para nosotras. Tenemos todas las expectativas. Entendemos que el Senado se renovó y no es el mismo que el 2018 y van a saldar la deuda que tienen con nosotras”, dijo a este medio.
Mientras tanto, dentro del Congreso, en el Atrio y el Salón de las Provincias del Senado, periodistas de distintos medios se acomodaban para seguir el debate. El calor allí también era intenso, así como el ruido de las vigilias a favor y en contra sobre la calle Entre Ríos. A diferencia de cuando fue la discusión en Diputados, pocos senadores y funcionarios hablarían con la prensa antes a lo largo del día.
Una de ellas fue Estela Díaz, Ministra de la Mujer, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires. Con un vestido verde hasta los tobillos y un barbijo de flores, la funcionaria respondió preguntas de todos los presentes. “El Ejecutivo ha acompañado algo que el movimiento feminista hace años demanda con dos iniciativas que garantizan el acceso a la salud y al acompañamiento cuando se decide continuar con una gestación y cuando se decide interrumpirla”, dijo en referencia a la ley IVE y a la ley del Plan de los mil días, que se debatió posteriormente en la misma sesión.
Otra de las que pasaron por donde estaba la prensa fue la senadora tucumana de Juntos por el Cambio, Silvia Elías de Pérez, quien denunció "presiones" del Presidente a senadores para la sanción de la ley.
Cerca de las 16:08 comenzó a sonar el Himno Nacional Argentino y se dio inicio a la sesión con la presencia de 67 senadores, la mayoría conectados de manera remota. Desde los palcos, siguieron el debate la Secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra, la asesora presidencial Dora Barrancos y la Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. Más tarde se sumaría la Secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti y el Ministro de Salud, Ginés Gonzalez García.
Cambios de último momento
La primera oradora fue la senadora pampeana Norma Durango, titular de la Comisión Banca de la Mujer, quien con su pañuelo verde atado en la muñeca celebró el nuevo debate. En su discurso adelantó que pedirían al Ejecutivo el veto parcial a dos incisos de la norma para eliminar la palabra “integral”, vinculada a la salud, de los textos de la ley. Se trata de los artículos 4 y 16 del proyecto en discusión.
El cambio refiere a las causales para practicar un aborto después de la semana 14 de gestación, entre las cuales se encuentra el "riesgo para la salud integral" de la mujer.
La decisión dada a conocer por la legisladora ayudó a que dos de los senadores que estaban en duda al momento de apoyar la iniciativa, el entrerriano Edgardo Kueider y el rionegrino Alberto Weretilneck, revean su postura y voten a favor del proyecto. El término “integral” había sido criticado por Weretilneck, por considerarlo "muy amplio"; y el senador había sido muy insistente con la necesidad de modificarlo.
"Hemos promovido en consulta con el Poder Ejecutivo que al momento de la promulgación se observe parcialmente el proyecto, en caso de ser sancionado, a fin de dar prioridad al objetivo de mantener las causales de la interrupción legal del embarazo y quitar parcialmente la palabra integral", afirmó Durango.
Uno de los momentos más memorables de su intervención fue cuando uso una frase del fallecido ex senador Fernando Pino Solanas: "El goce es un derecho. Hablemos de la mujer que no solo reclama su derecho a decidir sino también a gozar de nuestros cuerpos, de nuestra vida".
En el recinto contiguo, en donde se debatía la ley de la nueva fórmula de movilidad para actualizar las jubilaciones, el grupo de “las sororas”, las diputadas a favor de la ley, pararon su actividad un rato para ver el inicio del debate. Una vez terminado, se mudaron a los palcos del Senado. Se sumó también el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa; su esposa y titular de Aysa, Malena Galmarini, y el jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner, quien por primera vez siguió presencialmente el tramo final de una sesión en Senadores.
Los argumentos a favor
Durante la sesión se escucharon varias historias personales de los Senadores y quedó en claro que se trata de un tema que los atraviesa, al igual que al resto de la sociedad. Uno de los discursos más conmovedores fue el de la Senadora por Chubut Nancy González, quien se preguntó: “¿Quién carga sobre sus hombros la muerte de esas mujeres después de haber tenido la oportunidad de haberles dados un aborto legal, seguro y gratuito? En 2018 era tarde, hoy es más tarde porque la vida de esas mujeres no las recuperamos más. A los diez días de que rechazamos el proyecto, murieron dos mujeres y quedaron huérfanos seis niños por dos abortos clandestinos”.
Emocionada, adelantó su voto positivo: “Por mi hija, por mi nieta, para que no volvamos nunca más al perejil, a las perchas, a los garajes clandestinos, para que no volvamos nunca más a que haya mujeres muertas por aborto clandestino”.
La senadora más joven del recinto, la puntana Eugenia Catalfamo, mostró el libro “Somos Belén”, de Ana Correa y opinó: “No puedo entender cómo aún hoy en pleno siglo XXI tenemos que ceder a una sociedad que nos impone un estilo de vida”. Recordó que hace dos años no estuvo presente para la votación porque estaba embarazada de su primera hija y que recibió “miles de mensajes con los insultos más agraviantes que se les ocurra, incluso el pedido de que abortara a mi propia hija”.
Resaltó también la necesidad de que se incorporen más jóvenes a la política y resaltó: “Cuando se dio la media sanción, los diputados millennial de la Cámara, de menos de 38 años, estuvieron en mayor parte a favor. Lo mismo pasa acá”.
Otra que conmovió a la audiencia fue la peronista Silvina García Larraburu, que en 2018 votó en contra y esta vez a favor. “Mi voto es por una mujer libre, que pueda actuar, que pueda decidir por su propia conciencia sin que nadie nunca más le diga lo que tiene que hacer con su propio cuerpo. Mi voto, señora presidenta, es un voto deconstruido, es un voto afirmativo”, dijo
También la opositora Gladys González, quien recordó que perdió un embarazo dos días después de haber votado a favor del aborto. “Por un instante pensé que Dios me había castigado”, afirmó conmovida y en seguida manifestó: “El Dios en el que creo no es un Dios que castiga es un Dios que ama y es compasivo”.