Un innovador gorro de enfriamiento capilar permite a los pacientes oncológicos realizar el tratamiento de quimioterapia sin tener que afrontar el trauma que genera la caída del cabello. Se trata de un sistema ampliamente utilizado en países del primer mundo desde hace más de un lustro, pero no llegaba al país por sus elevados costos.
Esto no fue un impedimento para un grupo de mujeres que, con mucho ingenio y solidaridad, decidan confeccionar un banco de "cascos fríos caseros" para que más personas puedan evitar la caída del cabello.
En líneas generales, los cascos ofrecen refrigeración al cuero cabelludo mientras se administra la quimioterapia. "Congelan los folículos pilosos de la cabeza y hace que la medicación del tratamiento no debilite el pelo. Igual nosotras recomendamos que antes se consulte al oncólogo, porque se utiliza sólo en tumores sólidos como cáncer de mama, de ovarios o de testículos", dijo Ana Fontdevila Mirkin, una de las fundadoras del grupo "Quimio Con Pelo Tucumán".
Esta movida altruista comenzó a tomar relevancia en Buenos Aires con Paula Estrada, quien ideó de manera casera los cascos fríos, que simulaban al gorro de enfriamiento utilizado en Estados Unidos o Europa. Este último tiene un complejo sistema de enfriamiento que fue aprobado por la FDA para su uso.
Luego un grupo de mujeres confeccionaron el banco de cascos fríos en Tucumán y en los últimos días se dedicaron a difundir la técnica para que pueda replicarse en todo el país.
La cadena solidaria no se detiene, dado que se conformó una red nacional.
"Gabi, Mili, Ludmila y yo, conformamos el grupo porque queremos que otras mujeres y varones que tengan que pasar por el tratamiento de quimio tengan las mismas oportunidades que nosotras. Se comunicaron hombres y mujeres de todo el país así que organizamos grupos de provincias para que se contacten entre sí", indicó Ana.
Para tener la voz de un profesional, se consultó al jefe del departamento de Oncología y Comité de Tumores del Ministerio de Salud Pública, Jorge Raúl Zimerman, dijo al diario El Litoral de Corrientes: "Desde hace varios años que en Estados Unidos y países de Europa se utiliza una computadora especial que tiene un sistema de enfriamiento capilar a través de un casco. El sistema fue aprobado por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos)". De todos modos, debido a que está indicado sólo para ciertos tumores, recomiendan la consulta previa al especialista.
Funcionamiento
Los cascos made in Argentina se realizan con cinco paquetes de gel (Body Care) que se amoldan a la cabeza. Se deben utilizar tres geles de tamaño grande (2007) y dos chicos (2005); los que colocan en forma de cruz y se unen con una cinta 3M para diseñar el gorrito.
Ahondando un poco más en su experiencia, Ana Fontdevila, relató: "Yo no quería hacer el tratamiento de quimio por temor a quedarme pelada, y una compañera de trabajo me comentó que su amiga no había perdido pelo gracias a los cascos. Así fue como me contacté con Milagros, que fue realmente un milagro para mí.
Yo me enteré antes de empezar la quimio, lo que es muy importante porque hay que utilizarlo desde la primera sesión y siempre se debe consultar al oncólogo primero. En mi caso, los usé los seis días de quimio".
El gorrito debe colocarse una hora antes del proceso de quimioterapia, mientras se brinde la medicación, y una hora después de la quimio. Debido a que el frío dura alrededor de 30 minutos, se debe calcular la cantidad necesaria para ir cambiando los gorritos en función del tiempo.
"Son menos de 16 grados en la cabeza que te enfría todo el cuerpo, entonces en niños y personas muy grandes generalmente no se recomienda", indicó Anita.
Un dato no menor es que tanto hombres como mujeres coinciden en que, más allá de la enfermedad, la caída del cabello es uno de los efectos secundarios más temidos de la quimio. En gran parte por lo estético, pero sobre todo por el impacto psicológico y hasta simbólico que genera la calvicie en estos casos. "Pasar el cáncer con pelo es muy distinto a pasarlo pelada. Se trata de tener vida social, de seguir con tus actividades, y de tener el poder de decidir a quién contarle. Porque tener pelo hace que te mires al espejo y te veas sana. Te hace alejarte de aquello que te recuerda todo el tiempo que estás enferma", detalló Ana.
Dicho esto, destacó que el grupo "Quimio Con Pelo Tucumán" tiene el objetivo de llegar a la mayor cantidad de personas posibles y recordó que los cascos no se venden sino que son solidarios. "Queremos que se armen grupos en todas las provincias. Nosotras en Tucumán tenemos el banco para prestar los geles, pero queremos que llegue a todos", sintetizó.